miércoles, 28 de octubre de 2020

Proyectos inaplicables y la puta costumbre de poner el palo en la rueda Vl

        El nuevo año había comenzado bien, con un hermoso discurso y con el manifiesto formulado por Antonov acerca de su interés por la educación. Pero como era de suponerse, los conflictos pronto comenzarían. Los docentes reclamaban un reajuste salarial ya que la inflación se había disparado un 360 % con el consiguiente detrimento del 70 % del poder adquisitivo de los trabajadores. Pero ni el superintendente de la comunidad regional ni el alcalde ni nadie parecía notarlo. Algunos atribuían el salto inflacionario al efecto caipiriña, otros al efecto tango argentino, otros a la tradicional ceremonia de los grandes estadistas de levantar sus soberanos vestidos y defecar plácidamente sobre el pueblo. La cuestión es que ante semejante cimbronazo cambiario el dinero de los aldeanos no alcanzaba ni para cosechar castañas. Los docentes hicieron escuela convocando a una huelga por tiempo indeterminado. Los médicos se limitaron a atender sólo las urgencias. Los municipales, fieles a Antonov agacharon sus cabezas y el sindicato de la unión del personal civil del reino por tener su delegado un arreglo con el superintendente de la comunidad regional se limitó a concurrir a sus lugares de trabajo... y trabajar. Bueno... es una forma de decir porque nadie controlaba el cumplimiento efectivo de esas tareas ya que hasta carabineros y gendarmes se hallaban auto acuartelados. Y no era para menos si tenemos en cuenta que los caballos habían sido faenados por la esposa del teniente, al patrullero lo usaban de pensión el cabo y su familia, dos de las tres motocicletas habían desaparecido misteriosamente y el celular se había transformado en el deposito de los pocos muebles que aún no habían sido vendidos por los milicos que estaban acampando en el patio trasero del destacamento. Así, de este modo cruel lo que no se había llevado el río en su crecida misteriosa se lo estaba llevando lentamente la devaluación.

Finalmente el ministro de economía empeñó las joyas de la reina y 25 años del futuro y estabilizó un poco la desestabilizada economía. Algunos precios bajaron, otros bajaron un poco más y algunos siguieron en su escalera al cielo. ¿Los sueldos? –bien... gracias. Algunos pesos abonados en bonos de consolidación, un poco en dinero de circulación comarcal dos semanas de retraso en los pagos a perpetuidad y 25 reales de aumento en negro. Es decir (casi) nada. Y obviamente el descuento compulsivo de los días caídos. A todo esto había trascurrido más de un mes y como al alcalde le interesaba mucho la educación tuvo la feliz idea (que fue consentida desde la comisión de educación)

Comunicación General Educacionista

La Real Comisión Nacional De Educación General informa a los educacionistas que se desempeñen en el ámbito del estado que a partir del año en curso quedan suspendidos los festejos y clases alusivas a fiestas patrias y / o fechas memorables de nuestra historia bajo apercibimiento de suspensión y /o expulsión de sus cargos a quienes en ejercicio de la docencia y / o  desempeño en cargos directivos incumplan con la siguiente resolución:

Resolución General

La Real Comisión Nacional De Educación General dispone la suspensión de las festividades patrias atento a los siguientes vistos y considerandos.

Visto

Que durante el curso del corriente la insubordinación del gremio educacionista ha generado la interrupción del normal dictado de clases.

Que dicha interrupción, además de constituir en sí  misma un acto de deslealtad e insurrección, ha provocado la reducción del tiempo de clases de 43 días con sus noches.

Que durante dicha interrupción los alumnos no concurrieron a clases.

Y considerando

Que durante los días en que los alumnos no concurrieron a la escuela no tuvieron clases

Y que a esta comisión le interesa que los alumnos estudien.

Se resuelve:

Art. 1° Eliminar los festejos y / o clases alusivas a fechas patrias, homenajes y / o recordatorios a los efectos de aprovechar ese tiempo en el dictado de contenidos útiles como ser: matemática o lengua.

Art. 2° Se sancionará a aquellos que incumplan con la mencionada resolución.

Art. 3° Comuníquese, archívese y publíquese en boletín oficial para su conocimiento y puesta en ejecución.

Y acompañaba al comunicado una veintena de páginas con propaganda política nombres de consejeros, ministros, comisionados y autores del proyecto (entre los que figuraba Antonov) tipógrafos, cargatintas, firmantes, redactores y profesionales que aportaban el marco teórico con el que fundamentaban la resolución.

La novedad no cayó muy bien puesto que en realidad poco le importaba al gobierno si los niños estudiaban un día más o no. El tiempo perdido no habría de recuperarse por eliminar una fiesta patria. Por el contrario el estudio sistemático de la historia acarrea una mayor visión general de temas relacionados con la educación e instrucción cívica. El compromiso moral, los ideales, la organización de las masas en defensa de sus derechos y etcétera. Ni aún los gobiernos dictatoriales a lo largo de la historia habían suprimido la enseñanza de las fiestas patrias. Además ¿En qué cabeza se gestaba la descabellada idea de que sólo debía aprenderse lengua y matemática? ¿La educación siembra el futuro o tiende a alienar el pensamiento en un solo sentido? Estos cuestionamiento y otros muchos más se escuchaban en las calles de la aldea, en los bares de toda la comarca y de comarcas aledañas. Similares comentarios se hicieron oír en las asambleas de docentes, en las radios, en los programas frívolos de televisión no controlada por el estado. Hasta el espejo de frente al ayuntamiento de González Plata se manifestó ante esta otra semejante barbaridad. En su cristal se reflejó la imagen de Antonov vestido como Rasputín y susurrando maliciosamente al oído del comisionado en educación.

 Entre los mismos de siempre que bregaban por la “desestabilización del orden establecido”-según Antonov- estaba obviamente Máximo Aurelio. Éste se hallaba despotricando contra el comunicado y dando sus fundamentos del por qué (según su punto de vista) la resolución era demagógica y sin sentido en la fila de caja del autoservicio Plateado. Uno de los que participaban en la conversación era el profesor Franco Chioco. Quien invitó a Sottocorno a explicar sus fundamentos frente a la asamblea del sindicato docente y la multisectorial, ya que, si bien la resolución cargaba directamente contra los docentes, afectaba moralmente as toda la comunidad.

Por la tarde Máximo, frente a un auditorio de 55 personas, se explayó a lo Fidel Castro en un discurso que duró más de hora y media y en el cual recordó su paso por las combativas fuerzas del Illañam, sus revueltas secundarias, su participación en el Kokena, y los enfrentamientos legales con algunos de sus superiores en aquellos momentos en los que se desempeñó como maestro rural. Ya comenzaban a abrirse mudas las bocas de los asambleístas y a cerrarse en violentos bostezos mal disimulados cuando Sottocorno recordó la vez que le quisieron retener el salario de dos meses: 

- En aquella ocasión ¡compañeros! Esta “ladera” del poder de turno quiso retenerme el salario. Ya traíamos varios meses de retraso. Y al momento de efectuar los pagos mis recibos estaban mal liquidados. Y ¡claro! Telefónicamente la directora había recibido la orden (e hizo el ademán de colocar “comillas” con los dedos índice y medio de ambas manos) de retenerme los haberes. Imagínense que me puse como loco y corrí hasta la casa de un vecino que me ofreció su teléfono y la comunicación con un representante de la diputación. Éste a su vez me comunicó con el comisionado en educación, que por aquellos años era Juan Otario ¿recuerdan? Luego de una discusión de veinte minutos me dijo que fuera hasta el colegio que todo estaría solucionado. Me llegué hasta el colegio y ahí estaba el semblante desencajado de la directora y detrás de sus vidriados ojos claros una atónita y tartamuda voz me dijo: 

- No sé a quién tocaste, Máximo pero llamaron desde la comisión de educación y me dieron orden de que te pague. ¿Qué hiciste? 

– A lo que yo me limité a responder: "mediación Papal".

 En ese momento el discurso de Sottocorno fue interrumpido por la voz de un joven maestro a quien se le escapó de los labios: 

-Ahí está... ¡hablemos directamente con el rey! 

El murmullo generalizado impidió la continuidad de oradores y la prosecución del discurso de Sottocorno. Todos, él incluido, estaban ahora diagramando las estrategias a seguir para llegar hasta el soberano. 

Antonov observaba la escena a varios solares de distancia valiéndose de unos prismáticos y de una privilegiada posición que permitía filtrar la mirada a través de uno de los amplios ventanales del edificio del sindicato ya oculto hacía rato por las sombras que iban dominando a la luz del sol. Como un cazador estaba camuflado en la oscuridad y agazapado detrás del automóvil que también se camuflaba de oscuridad a través de sus vestimentas de vidrios polarizados.

        A su lado Paco Malaspina encendió un cigarro que Gonzalito le quitó de un golpe, y que finalmente concluyó bajo su zapato

 

        -Imbécil: ¿qué querés, que nos vean?

 

        Una vez cerciorado de gran parte de los asistentes al conciliábulo ingresó en el automóvil y por un instante se relajó. 

 

        –Paco- murmuró- me voy. 

 

        Era Jueves y Malaspina sabía bien qué significaba ese “me voy”. Bajó del vehículo de Antonov y caminó unas cuadras hasta el barrio de comercio juntó unas piedras muy pequeñas del suelo y a dos casas de la esquina las revoleó sobre un tejado y apresuró la marcha. Se ocultó entre las sombras de unos tamariscos y desde la esquina de “Cacique” y “Colonizadores” observó atentamente a la vivienda víctima de su piedrazo. En la vivienda una luz se encendió iluminando el humilde porche. Se apagó y se iluminó otra vez, y se repitió la escena tres veces en una especie de Morse rústico. Luego una fina imagen de mujer se asomó y cautelosamente observó en ambas direcciones. Miró al cielo e ingresó nuevamente a la casa, dejando esta vez la puerta entornada y la luz nuevamente apagada. La sombra de Paco de despegó de la oscuridad segura del tamarisco y presurosamente se acercó a la vivienda. Ingresó en ella como si fuera propia. Lo recibió una voz tierna de mujer y un cálido abrazo.

 

        Un apasionado y profundo beso y otro abrazo que se convirtió en “upa”. De esta manera encastrados caminó cargándola hasta su cama mientras ella le quitaba el saco y le aflojaba la corbata. Una vez sobre las sábanas se inmacularon de atavíos y profanaron el lecho nupcial de ella. Con pocas palabras se amaron apasionadamente, casi en silencio, casi con violencia. Y volvieron a hacerlo hasta quedar exhaustos. Dormidos. Frágiles a todo y a todos... vulnerables de su propio descuido.

 

 

        Lejos de allí, al otro extremo del poblado, sobre el camino de acceso Antonov golpeaba “Las Puertas Del Cielo”. Ingresaba, caminaba entre luces, semidesnudas adolescentes (y algunas veteranas), mesas de café congestionadas por vasos de wishky y porrones de cerveza, ebrios con damiselas en la falda, matones tamaño baño y finalmente se acodaba en la barra. Lo atendía como la mayoría de las semanas una ramera retirada del servicio social y disfrazada a lo “Mouilene Rouge” que le servía Wishky y lo anotaba en un cuadernito de 100 hojas, rayado, de tapa dura y forrado en azul araña. Luego de unos minutos, por lo general más de veinte, lo hacía pasar “al fondo” por un largo corredor que comunicaba con unas dependencias que parecían estar en otra casa. Allí había una mesa, un par de sillas, un televisor y pocos adornos de muy mal gusto. Gonzalo se sentaba como lo hacía casi todos los jueves y esperaba la llegada de una mujer mayor que llegaba echando humo, desalineada y hediendo a alcohol.

 

        -Viniste, por fin, era hora... me tenés un poco abandonada. ¿Qué? ¿No me querés más?- le espetaba casi con despecho.

 

        -Sí... ¿cómo no te voy a querer?- le respondía él mientras se sentaba en su falda y se acurrucaba como un niño.- Es... es que tengo mucho trabajo...

 

        Lejos de allí, al otro extremo del poblado, sobre la calle “Cacique” a dos casas de la esquina, en el barrio de comercio un automóvil acaba de estacionar. Un hombre corpulento desciende, se acomoda la pistola entre la camisa y el cinturón, en la espalda, cierra la puerta e ingresa a su vivienda. Dentro de la misma, alertado por el golpe de la puerta del vehículo al cerrarse, Malaspina despierta sobresaltado y entra en pánico. Vuela de la cama despertando a su amante, e intenta vestirse al momento en que es sorprendido por el destello de la luz de la habitación que es encendida por el marido de ella.

 

        -Pero! ¿Qué pas... cá?

 

        E inmediatamente ve el fogonazo que casi le muerde la oreja... Y a volar. Empuja el inmenso cuerpo del marido haciéndolo trastabillar y vuela por el corredor hasta el living seguido por una estrepitosa sucesión de puntos suspensivos obsesionados por morderle los talones o el culo. Ella se lanza sobre el marido y aúlla: 

 

        - Anselmo: ¡No! 

 

        Éste la empuja y le golpea la cabeza con el arma y sale en busca de Malaspina quien ya abrió la puerta y va de fuga, semidesnudo por la calle. Los disparos han alertado a los vecinos que temerosos dieron parte al destacamento. Alguno se atreve a salir. Anselmo en medio de la calle dispara contra el abogado en fuga mientras intenta desembarazarse de su mujer que a su vez intenta evitar el homicidio. 

 

        –Anselmo: ¡No!

 

        Y toda la cuadra es testigo del hecho. Alguno se atreve a intervenir: 

 

        - Anselmo: ¡No!

 

        Éste mira su vergüenza en derredor, desmaya a su mujer de una trompada, cambia el cargador y sale a la caza de Malaspina.

 

        Los vecinos atienden a la mujer. Minutos más tarde Paco pasa a toda carrera frente a Las Puertas Del Cielo, seguido a poco más de media cuadra por Anselmo que viene efectuando disparos. Una cuadra detrás de Anselmo dos milicos viejos y gordos intentan alcanzarlo de a pie. La balacera alborota el cabaret y salen todos a mirar.  Antonov que se hallaba en la puerta, se interpone entre su amigo y el tirador. Taclea a Anselmo, lo abraza e intenta calmarlo: 

 

        -¡Pará varón! ¡Calmáte... ya está! 

 

        En eso llegan los agentes que perseguían a Anselmo y lo arrestan. Paco desaparece entre las sombras. Obviamente nadie pudo identificarlo; pero Gonzalo sabe. Sabe quién escapaba y sabe por qué. Pero también entiende a Anselmo, lo entiende e interviene para que éste no quede detenido. Gonzalo sabe cómo se siente Anselmo porque a él también le pasó.

 

        Antonov volvía a su casa en la vecina localidad de Sorondo e iba recordando lo sucedido esta noche frente a Las Puertas Del Cielo. Y... aunque quería no podía dejar de recordar la misma situación, tres años antes, que fuera motivo de su divorcio. Cuando de regreso a su hogar se encontró allí adentro con un desconocido. Aquella vez, como ahora, un tercero había evitado un homicidio.

 

        A la mañana siguiente los vecinos y simples ciudadanos de toda la aldea comentaban el tiroteo. Todos menos los del barrio de comercio que estaban un tanto acostumbrados a situaciones de este tipo. 

 

        El diario local mentía en sus titulares:

 

BARRIO DE COMERCIO:

VECINO FRUSTRA ASALTO A LOS TIROS.

Intervienen carabineros y gendarmes.

 

 

        En las escuelas se comentaban los resultados de la asamblea: Se iniciaría una huelga a partir del lunes y una delegación viajaría a la capital con el propósito de entrevistarse con el soberano en persona. La misma es recibida por ministros que intentan postergarla para una o dos semanas más. Por lo tanto los gremialistas acampan frente al palacio principal.

miércoles, 21 de octubre de 2020

Los Colorados

        Eran dos hermanos a quienes la vida los había conducido por los tristes caminos del alcohol. El mayor de ellos había emigrado y nunca más se supo de él. Entretanto el que quedó nunca pudo superar el abandono de su hermano, y la esposa de ambos tampoco. Andrea Patty nunca pudo decidir con cuál de los hermanos quería quedarse y así muchas veces la compartieron como quien comparte el uso de un vehículo, o una prenda de vestir. O como dos hermanos huérfanos y desamparados comparten de noche la misma frazada. Así la compartían de la misma manera que compartían todo. Todo menos el último sorbo de cerveza que muchas veces había sido motivo de trifulcas y era la responsable de los dos dientes de menos que ostentaba José Alfredo. Jacinto Javier parecía haber olvidado esos profundos lazos que lo unían a su hermano y se marchó. Dejando a la Patty sólo para José Alfredo. Como en todo pueblo chico las cosas más secretas se van sabiendo no por culpa de nadie sino por el mismo tinte familiar que todo va tomando y el propio descuido que acarrea la excesiva confianza. No era éste el único fenómeno de amores de a tres en la aldea. Dora Beata no se enemistó con Noelia y varias noches compartieron amante. Paco Malaspina compartía muy cada tanto los favores de Dorita con Gonzalo Antonov que a su vez compartiría durante un campamento sospechoso los favores de su asistente del departamento de inacción social  la Srta. Gracia García junto a su leal director de depósito oficial de maquinarias. Que a su vez alguna que otra vez había compartido a la India con el hijo del alcalde anterior. Luego todos se confesaban y miraban de reojo a la niña que había quedado embarazada soltera por no saber que "de parado también concebís". El taller de sexualidad serviría para algo. Pero de las viviendas nada. A pesar del paso del tiempo.

Tristemente José Alfredo Colorados no había aprendido a tratar a las mujeres y, a falta del cuñado, Patty buscó otro palo para rascarse. Cansada del maltrato ocasionado por su marido comenzó a verse con otro hombre. Pedro Soto era para ella lo que nunca había sido ninguno de los colorados. Educado, trabajador, decente y fundamentalmente podía compartir un buen momento, una cerveza y no terminar ni a los gritos ni a los golpes. Soto vivía en su casa propia en un barrio de empleados de comercio, de trabajadores. Patty y Soto vivían su romance de escapadas. Solían encontrarse en el bar Donatello y solían también ser cómplices, testigos mudos de los amoríos entre Dora, Malaspina y Antonov. El amor entre ellos excedía los límites de la trampa y comenzaron a mostrarse en público. Paseaban de la mano como inocentes estudiantes en primavera por el centro comercial de las ciudades aledañas. Iban juntos a comprar los enseres domésticos en la aldea. Y se les hacía tarde entre charlas y miraditas en cualquier esquina de la aldea. Mientras tanto “el Colorados” dormía plácidamente su borrachera. Sin ser capaz de ver lo que sucedía ante sus propios ojos. Cuando uno de sus amigos borrachines le comentó que alguien le estaba “soplando el rancho” José Alfredo no se preocupó puesto que no la consideraba más que un hueco en la carne. Y la sabía amarrada por el hijo de ambos que estaban criando- si me deja le voy a quitar el guacho- comentó.

Así las ausencias de Patty fueron siendo más y más prolongadas, al punto que ya casi no compartía horas del día con su marido e hijo. La primera noche que faltó no fue percibido por su esposo ni su hijo, ya que estaban acostumbrados a que no cenara en casa... Y a su ausencia por las mañanas. Hasta que un buen día Colorados se descubrió solo, cornudo y abandonado ante el estupor de su hijo y la no tan disimulada burla de los demás. No toleró la frustración y fue a buscarla a lo de Pedro Soto. Golpeó las manos en un aplauso sordo y esperó a ser atendido. Irónicamente Patty atendió asomando medio cuerpo semidesnudo y semienvuelto en un raído toallón blanco. Un leguaje mudo entre los dos expresó como un baldazo de agua fría lo que las palabras nunca se hubiesen atrevido. José Alfredo explotó en ira y comenzó a insultarla a los gritos. Soto se asomó y le preguntó: 

-¿qué mierda querés acá?

Ella lentamente se fue apoyando sobre sus hombros y quedó ensimismada como si recién en ese instante hubiera tomado conciencia de su abandono. Ambos ingresaron a la vivienda dejando al Colorados fuera. Éste no lo soportó más y descargó toda su bronca a piedrazos contra las ventanas de la casa de Soto. Piedrazos e insultos y vecinos en derredor como murmurantes testigos otra vez en el mismo barrio de ostentación de cornamentas sangrantes. Otra vez la intervención de carabineros y gendarmes que arrearon con José Alfredo y algún vecino de testigo hacia el destacamento.

Patty y Soto vivieron su idilio mientras que en el otro extremo del poblado José Alfredo seguía bebiendo, haraganeando y viendo pasar la vida de otros. Fue socorrido en ocasiones por otros como él. Uno de ellos fue el Rodrigo Mendoza. A Mendoza le gustaba el trago pero había terminado los estudios y se movía en un flamante automóvil alemán. Era conocido por todos como un bebedor social y por ser un fiestero de aquéllos. En su “Colt 44 meat” llevaba las marcas de varios tiroteos, constaban en su “prontuario” el haber volteado junto con el hijo del anterior alcalde a la India, había disparado contra “la Juana” se había pasado a la maestra, la enfermera, la madre de Antonov, a Dora Beata, a la que fuera esposa de Antonov y fuera ahora esposa de Anselmo Martínez. Se había enfiestado con La Chunny (que en realidad se llamaba Juan) Antonov, Comecoqui y Malaspina. En una de esas enfiestadas una de las chicas había contado mal los días y Mendoza había cargado con la responsabilidad de la buena puntería. 

Por muchas tratativas que hubo la chica no aceptó la idea del aborto. Además le convenía enganchar a éste antes de que a cuatro vientos volara su fama de reventada. No de buena gana, Mendoza aceptó hacerse cargo del embarazo, sus días de play boy estaban contados. Aunque en realidad no era tan así.

Poco a poco el ambiente amoroso de González Plata se iba caldeando entre cuernos, enganches, abandonos y divorcios con vagas escapadas furtivas. Eso sí, nadie de los involucrados tenía en cuenta a los niños, ni a la familia en general. Muchos de los habitantes languidecían en una adolescencia perpetua, en el boludismo total.

miércoles, 14 de octubre de 2020

El Plan

 Había llegado el aniversario del primer avistamiento del Coronel Plata por estos lugares y en su homenaje se organizó un hermoso desfile. Durante los discursos previos el Sr. Superintendente de la comunidad regional había hecho entrega de algunos dinerillos para obras y se había hecho mención del plan de viviendas. Desde el Ayuntamiento se había prometido dar a conocer durante los festejos la lista de adjudicatarios. Otra vez: Nada. Siguieron pasando los días. Siguieron pasando los meses y nada. Nada más que la sombra de la sospecha y la pregunta flotando en el aire... ¿Por qué tanta demora?

La esposa de Sottocorno se acercó al departamento de inacción social para averiguar qué novedades había respecto de los listados del plan. Y la echaron diciéndole que si ella no tenía nada mejor que hacer ellos sí y que estaban trabajando. Luego continuaron con su ágape diario de bizcochos y té hervido. Ese mismo día se acercó al ayuntamiento en similar trámite, el Sr. Vallemar pero a él lo escoltó el personal de seguridad hasta la puerta recomendándole que no se acercara más por allí.

miércoles, 7 de octubre de 2020

Proyectos inaplicables y la puta costumbre de meter el palo en la rueda V

 Un nuevo año

    La primavera se prolongó en el verano que se vengó en chubascos los largos meses de la sequía. Los huertos produjeron lo necesario para pasar al olvido sequía y crecida. Los castaños maduraron y viajó la producción por los caminos empastados de asfalto y retornó al hogar convertida en divisas ropa y electrodomésticos. Vecinos y simples ciudadanos se estaban acostumbrando a esta loca idea de ser felices. Hasta que comenzaron otra vez las clases y Gonzalito Antonov quiso expiar sus culpas.

     Inauguró el ciclo lectivo entregando bancos nuevos para las escuelas, nuevos pizarrones (ya que a los anteriores los había estropeado “su” crecida) y finalmente trayendo de la ciudad capacitadores docentes para su actualización. A él, contrariamente a lo que se había pensado, SÍ le interesaba la educación, aseguró en un acalorado discurso de bienvenida a los alumnos. Las clases dieron inicio y el primer fin de semana se dictó el primer módulo del curso de capacitación y actualización docente. La moda educativa para este años sería la “Educación Sexual desde el primer ciclo”. El título causó cierto revuelo; pero los docentes siempre dispuestos a buscar nuevos horizontes y un mayor puntaje se dispusieron a escuchar, aunque más no sea, la nueva propuesta. Consistía en señalar desde un primer momento la diferencia de género actitudes y actividades, pero sobre todo apuntaba a evitar el abuso poniendo bien al tanto a los niños qué era juego y dónde debían decir No. 

    A las pocas semanas, cuando hubo finalizado el curso, algunos docentes de la escuela primaria convocaron a una reunión de padres y les dieron las buenas nuevas, explicándoles en qué consistiría este nuevo taller. Los padres aceptaron gustosos de recibir toda la nueva ola educativa. Esto le provocaba no sentirse excluidos del avance de la historia a nivel global.

    El domingo, durante el sermón, el cura cargó con toda su artillería contra la escuela y la nueva tendencia de acercar al pecado a los inocentes niños.

         - Y yo no sé qué es esto que llaman educación sexual- decía- ahora hay que estudiar en la escuela para pecar! ¡Dios nos libre! Hoy hablaremos en la escuela de la fornicación, mañana de la sodomía y la semana que viene será del aborto.- furioso el sacerdote elevaba la voz como poseso. -¿En qué piensa el comisionado en educación? ¡Debería confesarse o irá al infierno!- y la congregación asentía con la cabeza gacha y comenzaba a creer que los docentes les habían engatusado y que vaya uno a saber qué se traían. En un momento el cura hizo mención a un pasaje bíblico e instó a amarrar una piedra de molino al cuello de los pecadores y arrojarlos al mar (bueno... al río) su reprimenda se acercaba a la desesperación. Y no era para menos.

    Finalmente a pesar de las divinas recomendaciones de Sancho la directora autorizó el taller puesto que por más que le pesara la escuela era, por ley, laica. Y el curso había llegado desde la Comisión Nacional De Educación Popular. Igualmente el taller se dictó de manera abierta y optativa, primero a los padres que quisieran asistir y luego recién a los niños. El curso comenzó con los niños de tercer grado y de allí en adelante hasta a los que egresarían del sexto año de la escuela agroindustrial. Durante las clases de catecismo el sacerdote instaba a los niños a boicotear la enseñanza de “eso” en la escuela y a varios les recomendó desoír las charlas de los docentes y que no se dejen mentir, al tiempo que los amenazaba con el fuego eterno y toda esa historia del "dios es amor pero al que no le obedece lo condena y no hallará salvación para su cuerpo ni su alma y sufrirán por sus pecados por toda la eternidad". Una mañana aparecieron pintadas en las paredes de los colegios que decían “CONSERVEMOS INOCENTES Y FELICES LOS NIÑOS” “NO LES  ENSEÑEMOS A FORNICAR” y eslogan por el estilo.

    Brenda seguía visitándo furtivamente al sacerdote algunas noches y seguían repitiendo el ritual secreto de la secreta invocación al poder carnal. Hasta que una noche en que ella se hallaba reticente a sus toqueteos le espetó: 
    -¡Me cogiste, hijo de puta!- Y corrió hasta la calle. En ese momento pasaban por la calle lateral de la iglesia Máximo, su mujer y una amiga de ambos. Les llamó la atención el ver a la niña a esas horas por esa calle. 
    En las escuelas terminó el dictado del taller de Educación sexual y el párroco aplacó un poco su ira respecto del tema.

miércoles, 30 de septiembre de 2020

Proyectos inaplicables y la puta costumbre de meter el palo en la rueda lV

 La Escuela

    Ya no encontraba Antonov cómo superar la crisis provocada por la crecida que él mismo había ocasionado. El proyecto del agua estaba bastante interesante, luego de secar el río se generaría la necesidad de conseguir agua que él mismo (el ayuntamiento) proveería sin costo alguno para los habitantes. Después gestionaría un subsidio real y Todo listo. Lástima la lluvia. Y ahora a causa de esa lluvia que había provocado el derrumbe del paredón y consecuentemente el derrumbe de todo su proyecto y posterior derrumbe de la economía comarcal terriblemente ligada a la actividad agropecuaria. Para qué tanta inversión en educación si, finalmente, por querer amarrocar unos pesos más todo había quedado pasado por agua. Qué sentido tenía, un día como hoy, mantener en funcionamiento la escuela agroindustrial si el agro había quedado absolutamente desahuciado. Hoy no había dónde aplicar esos conocimientos. Conocimientos que si los hubiesen tenido o el alcalde o alguno de sus asesores había evitado tal descabellado proyecto y tan funestas consecuencias. Si por lo menos alguno de ellos hubiera estudiado en el colegio secundario en vez de copiarse en los exámenes o si por lo menos hubiesen prestado la mitad de la atención necesaria a un tercio de las clases hubieran sabido que lo que intentaron fue la construcción de una represa. Y que todas las represas tienen un canal alternativo de desagote para evitar eventuales desbordes en casos de crecidas no esperadas. Estos vertederos funcionan como verdaderos seguros de vida de las represas ya que como saben los niñitos de primaria: lo peor que puede sucederle a una represa es que la presa (el agua contenida) sobrepase la línea superior del dique. Claro. Los niñitos de primaria lo sabrían; pero era mucho pedir para la mayoría de los funcionarios del ayuntamiento.

 

    El alcalde no encontró mejor solución que cerrar la escuela agroindustrial. Así posteriormente pondría el edifico y solar a la venta y de ese modo obtendría algunas regalías producto del dinero “fresco” llegado desde fuera de la comarca. -Generar inversiones desde el exterior... - y sonrió.


BANDO


“El dignísimo ayuntamiento del Coronel González Plata en la honorabilísima figura de su Santidad el alcalde Sir Gonzalo Yosevik Antonov” plantea con carácter de necesidad y urgencia inapelable cierre de la escuela agroindustrial bajo los siguientes vistos y considerandos:

 

visto:

 

    La desolación rural ocasionada por la terrible e inexplicable sequía sufrida este año.

    La destrucción total producida por la terrible, inexplicable y repentina crecida con que el río asoló poblado y zona rural aledaña.

 

Y considerando:

 

    Que no habrá campo de aplicación de los contenidos enseñados y difundidos en tal institución.

    Que la catástrofe natural ha puesto a este ayuntamiento en situación real de emergencia económica.

    Que la mencionada emergencia económica trajo como consecuencia la migración temporal de varias familias a otras comarcas.

    Y que la suspensión de los docentes, el alquiler del edificio y solar ayudaría económicamente al ayuntamiento en primer lugar porque disminuiría la erogación económica al no pagarse los sueldos y en segundo lugar atraería el ingreso de divisas desde comarcas aledañas.

El dignísimo ayuntamiento del Coronel González Plata en la honorabilísima figura de su Santidad el alcalde Sir Gonzalo Yosevik Antonov, con la firma de los miembros de la concejalía municipal: uno por el Partido Popular, en contra, y tres por la Unidad Civil, a favor, sancionan con fuerza de disposición general:

Art.1: Procédase a la suspensión sin sueldo por tiempo indeterminado de la totalidad del plantel docente, directivos y personal de maestranza y serenos de la escuela agroindustrial.

Art.2: Autorícese al departamento de hacienda del ayuntamiento a la disposición comercial del inmueble del citado colegio cito en el acceso principal al poblado a la altura del kilómetro 4 (cuatro). Con el permiso de arrendamiento a terceros por contratación directa o cualquier modo que resultare práctico.

Art.3: Incorpórese compulsivamente al alumnado en las restantes instituciones educativas de la localidad sin detrimento de su condición de alumnos regulares.

Art.4: Comuníquese, archívese, y dése difusión pública.

 

Ante semejante atropello el sindicato docente, el centro de estudiantes, la asociación de porteros y la comunidad entera se declararon en alerta y movilización permanente. A la mañana siguiente que la radio local se hiciera eco del bando municipal la pequeña aldea parecía una ciudad tomada. Los alumnos organizaron una sentada. Los docentes un abrazo simbólico al edificio y el personal de maestranza y serenos una huelga de brazos caídos. Por su parte el ayuntamiento tramitaba ante el juez una orden de desalojo compulsivo que finalmente no pudo llevar a cabo porque en la aldea había solamente siete efectivos contando carabineros, gendarmes y el comisario. La protesta se hizo oír. En la escuela, en la radio y por todas las calles de la localidad. Tanto fue así que para las diez de la mañana la rebelión se había extendido a los centros de estudiantes de las demás instituciones educativas. A las diez treinta docentes y alumnos de todas las escuelas ocupaban las calles y comenzaban a concentrarse frente al edificio del ayuntamiento. El espejo emplazado en la vereda contraria reflejaba la imagen de un casino donde hoy se hallaba emplazada la escuela agroindustrial, un shoping en la escuelita primaria N° 1 y una discoteca bailable en el edificio del colegio bachiller.

    Las chicas del séptimo grado de la primaria N°1 lloraban desconsoladas, algunos de los muchachos de la agroindustrial entablaban interesadas conversaciones con las chicas del bachillerato y la profesora de inglés y el maestro de manualidades desaparecieron misteriosamente. Entretanto, algunos alumnos convertidos en furiosos oradores pedían a gritos la destitución de Antonov y otros decían NO a la globalización. Declinando la tarde, medio pueblo se hallaba concentrado a las puertas del ayuntamiento y, en improvisado fogón, pasaron allí la noche amenizando la velada con canciones de Sui géneris y de la nueva trova cubana.  A la mañana siguiente cuando el alcalde llegaba a González Plata desde su residencia (irónicamente) en ciudad Sorondo en la comarca vecina, en los accesos al poblado se hallaba interrumpido el tránsito por piquetes de adolescentes, docentes, perros vagabundos y cubiertas quemándose en medio de una humareda que emulaba el fin del mundo o una noche de helada tardía en los valles productivos bajo riego en la Patagonia norte. Apenas Antonov hubo abandonado su vehículo para dialogar con los manifestantes, el Manuel Maffina y otros niños ya crecidos y prontuariados lo acomodaron como a un niño al que le van a cambiar los pañales (al automóvil) y como a las cubiertas que hacían de barricada le prendieron fuego. El alcalde intentó huir hacia su seguro refugio en el ayuntamiento; pero se encontró medio pueblo que quería hacerse de él. Y lincharlo. Entonces y como si el destino le hubiese indicado el camino corrió al destacamento y se auto encarceló. Como comandante de tropa ordenó a los carabineros y gendarmes que lo protegieran y haciendo gala de radioaficionado se comunicó con el jefe del departamento central del ministerio de seguridad. Y a través de éste con el superintendente de la comunidad regional (en otras naciones gobernador).

 

    El gobernador (superintendente de la comunidad regional) se puso en contacto con el comisionado en educación, el comisionado en educación, con el alcalde de Coronel González Plata y finalmente, Antonov con el director de la escuela agroindustrial. La promesa era que no se cerraría la escuela, siempre y cuando la horda de manifestantes no agrediera la figura del alcalde. El sacerdote ofreció la capilla como sede de las negociaciones que corrieron por cuenta de: Antonov como alcalde, Dora Beata de la cruz Martínez como representante de la concejalía, Aceituno como representante concejal de la oposición oficial, el comisionado en educación, el director de la escuela agroindustrial, la vice directora María Passiyo, el representante sindical y el presidente del centro de estudiantes.

 

    El pretendido príncipe aldeano ostentaba en su rostro la expresión de un perro cascoteado. Finalmente firmó la rectificatoria a la resolución general que promulgaba el cierre de la escuela y... argumentando problemas de salud tomó licencia por dos meses. Durante esos dos meses Dora Beata se hizo cargo del ayuntamiento y según dicen: “eso la entusiasmó sobremanera”. 

 

    Ese año terminó dentro de todo normal. Concluyó el dictado de clases, terminó el ejercicio fiscal, retornó finalmente el río Blanco a su cauce y Antonov empalmó perfectamente su licencia con el receso estival.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Proyectos inaplicables y la puta costumbre de meter el palo en la rueda lll

 Amputación de penes aviares

La mañana siguiente del golpe subversivo del río en su grito de guerra contra la ilegítima privación de su libertad el poblado amaneció ciertamente convulsionado. Nadie comprendía qué había pasado. Encontraron al ayuntamiento sobre la plaza, las mangueras de la "lluvia de Antonov" y el propio tanque emplazado allí para tal fin habían impedido que el edificio se fuera con la correntada. El escudo que adornaba el dintel de la puerta principal del destacamento amaneció ornamentando la cruz de la capilla. Los bancos de la iglesia se hallaban desparramados en el patio de la escuelita primaria. El automóvil de la directora de la escuela apareció volcado sobre el escenario de la plaza. Sobre el cedro que aún se mantenía en pie junto al escenario de la plaza encontraron la cama de Dora Beata y durmiendo plácidamente en ella sin enterarse de lo sucedido se hallaban don José María Arroyuelo y (otra vez) la Comecoqui. Los pocos habitantes de González Plata que no se habían auto evacuado comenzaron a congregarse en la plaza, buscando a sus familiares y mascotas. Alguno comentó con gracia que la crecida había sacado al aire toda la mierda del ayuntamiento. Y, en efecto, era realidad. Literalmente como el empellón de la correntada había arrancado de sus cimientos al edificio, en su lugar sólo quedaba, el hueco del pozo ciego y su humanamente hediondo contenido. Entonces, como era de esperarse, la noticia cambió el lugar de reunión popular y como si fuese un gran imán todos se concentraron en derredor del pozo ciego. Se divertían descubriendo a quién pertenecería tal o cual excremento. Hasta que a alguien se le ocurrió que algunos excrementos eran antropomorfos. Y una duda censurable comenzó a apoderarse de los presentes.

El escándalo se hallaba latente pero nadie se atrevía a pensar siquiera en lo que habían visto. ¿Qué sería? En algún momento habían volado los comentarios. No. Eso era demasiado... aún para Antonov. Obviamente algunos allegados al poder político local hicieron correr la voz de que en una casa se estaría realizando acopio de “bebotes”de juguete con el propósito de abrir un local de venta y que la crecida habría arrojado allí varios de estos. Y la gente, que prefería conservar su inocencia aldeana, aceptó de buena gana la propuesta.  Durante las semanas siguientes se llevaron a cabo las tareas de reconstrucción del poblado y zona aledaña. Se enderezaron los castaños, se limpiaron los caminos rurales, se desmanteló el tanque de agua de la plaza porque ya no sería de utilidad. Se re emplazó el edificio municipal en su sitio original y finalmente Dora y José se divorciaron. La aldea era una calamidad, la mayoría de los proyectos productivos estaban pasados por agua y el hambre era un fantasma que sobrevolaba al acecho y de tanto en tanto su vuelo se interponía entre el suelo y el sol haciendo dar escalofríos a quienes tocaba con su sombra. Algunos comerciantes que habían logrado reabastecerse o proteger sus mercaderías de la crecida, temían por los saqueos. El encargado de Cerdolín había pedido custodia temeroso de perder los pocos chanchitos que habían sobrevivido. El autoservicio atendía a cortinas bajas y el único comedor comunitario que aún atendía era el de la parroquia. No tardaría en quedar desabastecido.

Una noche Manuel Maffinna y Ezequiel Ricce, dos conocidos muchachones amigos de lo ajeno se colaron por el paredón que daba a los fondos de la capilla y a la casa parroquial con intención de encontrar algo que llevarse. Se encapucharon. Ocultándose entre las sombras fueron acercándose hasta el deposito del comedor comunitario. Tantearon la puerta y nada. Ésta era muy pesada para forzarla. Observaron la camioneta del cura y las ventanas cerradas y a oscuras. Suponiendo que hallarían al Padre dormido e indefenso se aproximaron con sigilo total. Se asomaron apenas por la ventana del comedor y no hallaron al sacerdote pero encontraron la televisión encendida. Caminaron hasta la otra ventana, que correspondía a la habitación y entre la penumbra producto de la luz proyectada por el televisor en la habitación contigua distinguieron a Brenda arrodillada frente al cura y vieron como éste le acariciaba suavemente la cabeza, susurrándole: -así... así-. No parecía una confesión. Más que nada parecía lo inconfesable -uh, mirá Manuel, parece que se la está... - y el murmullo fue bruscamente interrumpido por la mirada del sacerdote que intuyó el movimiento afuera. Los adolescentes viendo frustrado su asalto por la vergüenza ajena huyeron sin llevarse nada. 

 

Los días se iban sucediendo y comenzaba a pesar el laudo por haber participado de la fiesta de la lluvia que nos obsequiara Antonov. La hediondez era ya insufrible. Sólo cadáveres de flores poblaban las veredas. La mayoría de los perros y gatos habían resultado ahogados. Los jardines de las viviendas no lograban ser restaurados y en los huertos aledaños al poblado sólo los pájaros parecían disfrutar de la vida, ya que revoloteaban alegremente entre los castaños y picoteaban algún insecto allí, alguna semilla por allá. Tanto fue así que en un momento el alcalde temió por la excesiva proliferación de la especie y que a futuro complicara la próxima primavera la cosecha y floración y, consecuentemente incida en detrimento de la producción de año por llegar (como si no hubiera sido su responsabilidad la pérdida total del año en curso).

 

Había dos establecimientos productivos que habían quedado intactos tras la crecida uno de ellos era el criadero de canarios del señor Sepúlveda y otro el palomar de la esposa de Sottocorno. El primero por estar ubicado en un primer piso en el barrio de la loma y el segundo por encontrarse la señora Carmela con sus mascotas en una exposición en Ciudad Bravo la noche de la tragedia. – No puede ser, encima éste se salva- gruñó el alcalde. 

 

BANDO

“El dignísimo ayuntamiento del Coronel González Plata en la honorabilísima figura de su Santidad el alcalde Sir Gonzalo Yosevik Antonov” plantea con carácter de necesidad y urgencia inapelable “la circuncisión compulsiva de todas las aves residentes en el ejido comarcal” bajo los siguientes vistos y considerandos:

Visto:

Que por sus inaccesibles residencias el agua no ha malogrado el hospedaje de las aves.

Que éstas se alimentan de semillas en su mayoría.

Que cuando la próxima primavera los huertos florezcan se habrán multiplicado excesivamente atentando contra el normal desempeño laboral en huertos y chacras.

Y considerando:

Que además de la gran cantidad de especimenes silvestres de distribución regional en estado salvaje.

Que en la localidad existen criaderos que potencian, ante posibilidades de fuga, el peligro de una superpoblación aviar en detrimento de los intereses humanos.

El dignísimo ayuntamiento del Coronel González Plata en la honorabilísima figura de su Santidad el alcalde Sir Gonzalo Yosevik Antonov, con la firma de los miembros de la concejalía uno por el Partido Popular, en contra, y tres por la Unidad Civil, a favor, sancionan con fuerza de disposición general:

Art.1-Ante los vistos y considerandos expuestos en el mismo se procederá al censado de pájaros silvestres y aves de corral y criaderos.

Art.2-Con el propósito de evitar el sobre poblamiento y sus posibles consecuencias se procederá a la esterilización aviar mediante circuncisión y/o amputación peniana.

Art.3-Dicha intervención quirúrgica será realizada por médicos veterinarios contratados por este ayuntamiento con cargo por parte de los titulares de corrales y/o criaderos respectivamente o dueños de huertos y/o solares donde se aposenten las bandadas silvestres.

Art.4-Los trabajos a realizar no gozaran de exención impositiva alguna debiendo en todos los casos el titular realizar el pago del correspondiente del IVA.

Comuníquese, archívese, y dése pública difusión.

 

Ante la pública difusión del Bando el señor Sepúlveda dio de baja su fondo de comercio y trasladó su criadero al vecino poblado de ciudad Sorondo ya que no solo le pareció absurdo sino que atentaba directamente contra sus intereses porque vivía precisamente de criar canarios que luego presentaba en exposiciones y torneos afines que elevaban el precio de sus pichones y, sin posibilidad, de cría era inútil todo su trabajo. Asimismo vendió su vivienda y nunca más se supo de él en González Plata. Entretanto el ayuntamiento había comenzado su campaña subliminal. La maestra Catalina Ballesta hablaba con sus niños de la escuela primaria y les explicaba el peligro residente en la proliferación desmedida de aves. Uno de los niños le preguntó si ecológicamente no era mejor no meterse con eso del control poblacional de especies silvestres con la simple pregunta: -¿Seño, la naturaleza no es sabia?- A lo que la maestra respondió enviándolo a la dirección.

En la aldea sucedían cosas más que irrisorias cuando algunos vecinos jugaban a justificar las acciones del alcalde. Ya se los escuchaba comentar en la feria y en el autoservicio sobre lo importante que era circuncidar a los canarios y palomos. Y, a su vez, tratar de convencer a los ciudadanos comunes del mal que ocasionaban aquellos que se oponían. Catalina era conocida en toda la comarca por ser obsecuente con el gobierno de Antonov. Era la socia N°1 del club “Antonov for ever”. Institución fundada en su momento por Dora Beata, su íntima amiga. Se comentaba que Catalina había tenido un romance con el anterior sacerdote, que había ocasionado la muerte “accidental” de su tercer esposo y que había sido ella quien le aconsejó al alcalde la construcción del paredón que secara el río Blanco. Los cierto es que sí, ya sin lugar a dudas era ella misma la encargada de la propaganda contra los criadores de aves. Una mañana en el autoservicio un vecino le preguntó si realmente pensaba lo que estaba diciendo, que era un proyecto inaplicable y que cuánto le pagaban por defender lo indefendible. Diez minutos después el vecino era trasladado al destacamento de carabineros y gendarmes. En otra ocasión un docente daba clases de Moral Civil según la normativa establecida en los programas de estudios que la directora le había entregado. El docente explicó cómo se elegían las autoridades, explicó las funciones de cada quién y la función del Rey, como vivo símbolo de la unidad nacional. Explicó asimismo lo que es la corrupción y que ésta no era exclusiva del poder político; podía encontrarse en el ámbito público o privado, nacional, regional, comarcal o local, tanto en la escuela, en la iglesia o en el ayuntamiento y que todo dependía de las personas que en cada estamento de la sociedad se desempeñaban y de la moral y la ética de cada uno de ellos. Luego de la clase confeccionaron, docente y alumnos, un afiche ilustrativo con el cual los niños de grados superiores explicarían a los más pequeños la moral civil. No. La clase alusiva no pudo concretarse porque Catalina se retiró antes de la escuela, volvió armada de una cámara fotográfica y fotografió partes del afiche que, según ella, ofendían directamente al alcalde acusándolo de promover la corrupción local. Acto seguido: clases suspendidas por la irrupción del carabineros y gendarmes en la escuela, llantos de niños, corridas, disparos al aire, intervención del sindicato y posterior detención del docente “subversivo”.

Así es que esta mujer terriblemente obsesionada por quedar bien con el “partido” de la Unidad Civil hacía cualquier cosa. Ahora pues, declamaba por todos los rincones de la aldea, la necesidad de llevar a cabo el descabellado proyecto de Antonov. Su desempeño durante este período de tiempo le valió el merecido reconocimiento: fue nombrada secretaria de la concejalía municipal. Dora Beata, con el fin de darle trabajo a una amiga, no tuvo mejor idea que la de crear la “sociedad protectora de animales” tal y como funcionaba en comarcas vecinas. 

El primer acto administrativo fue llevar a cabo una demanda civil contra el Sr. Van Gorrea por supuesto maltrato a su can. La investigación arrojo como resultado que el citado can tenía un extraño caso de cáncer y el Sr. Van Gorrea demostró mediante la presentación de facturas y frascos vacíos que su perro estaba bajo atención veterinaria especializada. Acto seguido el Sr. Van Gorrea inició una demanda civil contra la protectora por calumnias e injurias. El chiste le costó $ 2.500 reales al ayuntamiento.

El segundo acto administrativo de la protectora fue la campaña de esterilización gratuita de perras y gatas. Se contrató para tal trabajo al sobrino de mamá de Armando. El muchacho había estudiado un semestre de veterinaria. Las esterilizaciones presentaron complicaciones. El 40 % de los casos tratados terminaron con la defunción de las mascotas. Se suspendió por tiempo indefinido la implementación de la campaña.

Entretanto Antonov se hallaba abocado a la tarea de clausurar o arruinar el palomar. Enviaba a cualquier hora del día o de la noche a sus inspectores a la casa de Sottocorno. Una de las veces no encontraron aves ya que se hallaban de viaje con motivos  de otra exposición. Otra de las veces irrumpieron en la propiedad de noche y por la fuerza. Pero si bien llevaban la orden de inspección y decomiso para posterior amputación cayeron en el error de cometer allanamiento de morada. Máximo los corrió a puntapiés y los inspectores nada pudieron hacer. En una ocasión en que parecían tener a Máximo Aurelio en sus manos llamaron a la puerta y le enrostraron: orden municipal, resolución general que daba el marco legal para su cumplimiento y orden de allanamiento firmada por un juez. Asimismo los funcionarios concurrieron al lugar acompañados de la fuerza pública “por si el ciudadano se rebelaba”. Pero en el preciso instante en que máximo les permitía ingresar a su vivienda, su mujer abría de par en par las puertas del palomar. Y... ¡palomas al viento! Otra vez hacía agua la corsaria intención del ayuntamiento.  

El tercer y último acto administrativo de “la protectora” fue el inicio de una demanda civil contra el mismísimo ayuntamiento de González Plata por crueldad contra los animales. A partir de una denuncia presentada por el Sr. Sottocorno. La demanda siguió su curso legal y finalmente el Superior Tribunal de Justicia falló contra el ayuntamiento. El alcalde despidió a todos y cada uno de los empleados de la protectora y finalmente hizo desaparecer a la institución argumentando problemas presupuestales. En seis meses de funcionamiento le había ocasionado una perdida similar al ejercicio fiscal de cinco años. Y... sí. ¡No existía presupuesto que lo soporte!