miércoles, 21 de abril de 2021

La última Cena

 Gala en el club de caza y pesca

Con motivos de acercarse ahora los comicios para renovación de autoridades comarcales (alcalde y miembros de la concejalía) la Unidad Civil organizó una cena en el club de caza y pesca ya que éste brindaba un ambiente más cálido e íntimo que el club social de González Plata. Digno recinto de cazadores el salón principal estaba poblado de “trofeos de caza” consistente en cadáveres embalsamados de osos, ciervos de distinta clase, alce americano, bisonte americano, jabalí (facoquero y europeo) y guanaco sudamericano entre otros.  En otra sala contigua que fuera recientemente pintada de un color rojizo a la usanza estilística de los adelantados españoles en el cono sur de América se apreciaban trofeos a “cráneo blanco” consistentes en la osamenta craneal de los animales sacrificados incrustados cada uno en un escudo de madera lustrada y en bronce una pequeña placa que indicaba el nombre en latín de la especie y el lugar de captura.

Los invitados recorrían el recinto observando entre maravillados y espantados el espectáculo inerte al que no estaban acostumbrados. Llegaron desde la capital de la comunidad regional el superintendente, y su secretaria Dora Beata de la Cruz. Asistían algunos alcaldes de la unidad civil de comarcas aledañas, un diputado y los candidatos locales: Antonov, Cordones, Calandria, y otros de menor rango partidario. La cena se desarrolló como de costumbre y a la postre se delineó el procedimiento a seguir durante la campaña. Finalizando la cena alguien recordó a Alberto... 

-¡Cómo te cagó ese gordo con los votos que no tenía y te los vendió!

- Hablando de Renguetti ¿Alguien lo ha visto últimamente?

Nada. Silencio total como de tumba. Es que nadie lo había vuelto a ver y estas cuestiones se iban acumulando. Secretamente el ambiente no se estaba tornando favorable a Antonov y algunos veían fantasmas de otras épocas que nadie quería revivir.

-Ése... es un muerto político. Con las traiciones que se mandó traicionó al Partido Popular, para luego traicionar a los del Billar por unos pesos que le tiré.- comentó entre fastidiado y risueño el alcalde.

Pero lo cierto es que nadie había sabido de él en la aldea. Y los del Partido Popular podrían perdonarle todo, todo menos trabajar para la Unidad Civil. En otras épocas una jugada así podía terminar en guerra civil. Cuando la reunión había terminado Gonzalo Antonov y Paco Malaspina se detuvieron a contemplar un trofeo del cual no habían podido definir su especie y que los había intrigado durante toda la cena. Cráneo redondo, sin colmillos, cuenca ocular ciertamente hundida al estilo de primates o humanos. La pequeña placa de bronce decía: “Iscariotes Trancerum Platensis” Comarca Extremo Boreal.

-Mirá: ¿No te hace acordar al gordo Alberto Renguetti? ¡Ja, ja, ja! 

Rieron e inmediatamente callaron. 

Un escalofrío. 

Repentinamente se les heló la sangre.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario